6/4/09

El poder de alentar a los empleados

A veces el empleado no quiere que le lleves a esa cena de final de proyecto, a veces vale con que le digas: "Buen trabajo".

Está feo que yo lo digo, pero a mi me ha pasado, sí, a veces hago als cosas bien y el cliente queda contento con mi trabajo, pero si el flujo de información se corta en las cabeza del equipo y no baja a las extremidades que, por otro lado son las que hacen el trabajo, puede suceder que esas extremidades queden desmoralizadas, por el simple hecho de que no saben si su trabajo se ha valorado, si ha estado bien o no...

El tema es que muchas veces los malos resultados bajan a toda velocidad e impactan con fuerza. La cabeza comienza a hablar mal a exigir más esfuerzo y a recriminar, nunca será culpa de esta que está por encima de toda culpa.

Sin embargo, si los resultados son buenos, esa misma cabeza asume todo el mérito y no reparte las medallas.

Por eso digo, es más motivadora unas palabras de agradecimiento que que te den una hora de asueto o una prima minúscula y encima, te sale gratis.

El otro día hablábamos de los beneficios sociales, pues bien creo que la motivación personal mediante una comunicación dirécta desde la cabeza a la parte más baja de las extremidades debería ser una máxima.

He estado en empresas en que era así y en verdad te llena de orgullo y ganas de seuir trabajando a buen nivel, y como digo es gratis, medio minúto de un jefe como mucho, el tiempo en que sacas un café, y a lo mejor resulta que esa conversación te ayuda a conocer mejor al cliente, ya que hablas con el interocutor a nivel menos estratosférico.

"Lo malo de los jefes es que muchas veces no recuerdan que han pasado por las extremidades, o, peor aún, que quieren repartir el rencor que recivieron entre sus subalternos o, como a mi me gusta llamarlos 'Compañeros'."

Os invito a echarle un ojo a este post sobre la consultoría, también de este blog, pero de sus inicios.

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