15/1/09

El cambio organizacional

Es curioso que a la hora de hacer un cambio organizacional que va a mover a toda la compañía y que, a todas luces, va a ser un segador de cabezas. Todo el mundo esté más preocupado de qué va a pasar conmigo que en qué hago por la compañía.

El problema no es de las personas, es lícito que una persona se preocupe más por su propia situación que por la de la compañía, si no fuese así seríamos robots o Testigos de Jeobá, o algo por el estilo.

El problema estiba en que desde el momento en que se anuncia un cambio organizacional importante en una compañía, las cabezas pensantes deberían estar ya elegidas y trabajando en sus equipos, de modo que no se diese tiempo a pesimismos y elucubraciones que solamente pueden servir de carga y desmotivación activa de empleados y gerentes.

Ya es bastante difícil tener motivados a los empleados con políticas organizacionales atractivas, como para encima hacerlos sentirse despreciados por no conocer su futuro.

Por desgracia la crisis actual me ha hecho vivir eso no una, sino dos veces en unos pocos meses, pero bueno, que le vamos a hacer.

El hecho es que en el tiempo desde que el YO (organización) anuncio que voy a cambiar la estructura y ejecuto la selección de cabezas principal, tengo a 'N-1' trabadores (donde 'N' son todos los trabajadores) que no saben si van a sobrevivir al temporal, que están tratando más de 'lamer culos' que de ser productivos, esto te genera un tiempo 'T' dónde la productividad tiende a cero. Si cada empleado produce de media 'X', tenemos que la empresa podría producir:

X * N * T = Y1


Y en realidad produce:

X * T = Y2


Dónde Y2 es claramente menor que Y1; mientras que en una correcta reorganización tendríamos a todos los trabajadores en activo aunque redujeran su producción a 'Z' ('0 < Z < X'). Sobra decir que la productividad es mayor que Y2:

Z * N * T = Y3


Cuanto mejor organizada la reestructuración más tenderá Y3 a Y1 incluso sobrepasándola en caso de que realmente la reetructuración fuera ya indispensable.

Sobra también decir que habrá organizaciones que casi mejor que no produzcan porque así hasta reducirán costes, pero, para esas una recomendación 'Cerrad'

"Lo malo de las reestructuraciones es que suelen generar más pérdidas que beneficios a corto plazo, y hasta el largo plazo no veremos su efecto, que no obligadamente será positivo en todo caso."

2 comentarios:

  1. Adrian, muy interesante la manera de calcular la reestructuración, de hecho la he compartido con una par de compañeros de la oficina y estamos de acuerdo en que es una visión que, aunque jocosa, tiene mucho de realista.
    SM

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