13/5/09

Monopsonio, un problema para el consumidor final

Creo que ya he hablado de algo parecido en una ocasión, pero siempre me han gustado estas palabrejas: Monopolio, Monopiolio Natural, Oligopolio, Monopsonio... 

Como no se si todo el mundo sabrá qué es cada cosa, las describo en pocas palabras:

  • Monopolio: Una empresa que está en un mercado en el que no tiene competencia, la demanda da igual (entre comillas, mientras haya) puesto que el monopolista hace de su capa un sayo y vende cuanto quiere al precio que desea sin dar explicaciones.
  • Monopolio Natural: Muy bonito, es un monopolio, en el que no hay competencia, por definición, pero es porque no puede haberla en condiciones económicas normales pues la matería prima es muy escasa o la inversión excesiva para la rentabilidad obtenida en competencia.
  • Oligopolio: Esta me encanta, un grupo pequeño de empresas que se juntan para tocar las narices y sablear al consumidor, podría haber competencia pero como las empresas son pocas, les va mejor pactar precios, eres toda la oferta pues el gato se baña en tu agua sí o sí, o si quiere cambiar de empresa señor tiene que pagar exactamente lo mismo, que es más de lo que realmente pagaría en competencia.
  • Monopsonio: Vale las de antes era fáciles, pero esta, esta mola más, aquí el número de empresas da igual, una que mil trillones porque aquí el que tiene el poder es el cliente que por si no os habéis dado cuenta es único, sí señor, un solo cliente que agrupa toda la demanda, ahora es el cliente el que pone el precio (entre comillas).
Y este caso, el Monopsonio es del que os quería hablar, es monopsonio, según algunos, la venta de armas (que solo compra el Estado, y voy yo y me lo creo), en realidad hay pocos casos, pero hay uno que me toca en lo más profundo de mi ser, las farmacéuticas, pero esas que venden productos con receta, no las otras que son más aburridas.

Y me diréis no puede ser, yo compro mis medicamentos y mi vecino los suyos y a mi el Estado no me regala nada, ERROR, y gordo, el Estado no compra el medicamento, es cierto, pero pone el precio y ¿por qué?, os preguntaréis, porque, preocuparse por la gente sí, el paga parte del medicamento, pero solo si hay acuerdo con la empresa farmacéutica, pero ¿y si no hay acuerdo?

Entonces ya te puedes echar a morir, porque tu cura, por buena que sea no llega nunca y pensaréis que cabronas las farmacéuticas, pero esque resulta que son empresas y como tales quieren beneficios y os puedo asegurar que tienen gastos, la investigación es cara y de cada medicamento que funciona hay tropecientas investigaciones que fallan, epro hay que hacerlas y ahí el Gobierno Mundial se lava las manos, tuve una discusión con una compañera del trabajo ella dice que no es legitimo comerciar con medicamentos y yo que tiene razón, pero que la gente se muere y nadie pone el 5% de su sueldo todos los meses para investigar, por si en el futuro me pasa algo malo.

Aquí viene lo bueno, ¿es esto malo para el consumidor?, ni sí, ni no, si no todo lo contrario, es bueno porque el ciudadano-consumidor-paciente accede al medicamento barato, un punto para el Estado; pero ¿y si no hay acuerdo?, es malo para la sociedad, punto negativo apra el estado, pero es malo tambien para la empresa que no gana y, por tanto, no invierte ese dinero... paro, menos avances, más muertes... Menos 3 puntos para el Estado. ¿A que ya no mola tanto el Monopsonio?

Por eso digo:

"Lo malo de las empresas, en cualquier sector, no es que sean buenas o malas, perversas o... no perversas, lo malo es que el que invierte piensa en su rentabilidad y si no hay rentabilidad no hay inversión, punto. Que a lo mejor es su búsqueda de la felicidad se lleva algún punto negativo, socialmente a lo mejor es más punible evitar el beneficio de esta empresa que no hacerlo y yo, hago de abogado del diablo, porque si os dáis un paseo por el blog, no soy pro patronal especialmente aunque a veces me tira más la lógica que el corazón, que le vamos a hacer soy humano."

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